Con estas altas temperaturas hay que tener mucho cuidado con los medicamentos. El calor puede deteriorarlos y por lo tanto no generar el efecto deseado. La recomendación es conservarlos en un lugar fresco y seco y con una temperatura estable de entre 15 y 25 grados.
"Hay medicamentos que pueden sufrir alteraciones en todas sus formas, como supositorios o geles, para los que hay que ser muy cuidadosos cuando los trasladamos en los coches" señala Cecilio Venegas, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz. En ese caso, nunca transportarlos en maleteros, siempre en el habitáculo de viaje, que está más refrigerado.
Y ojo también con el sol de verano, que afecta en la ingesta de los llamados medicamentos fotosensibilizantes: "al recibir radiación solar, pueden producir quemaduras, y son pastillas del colesterol, azúcar, acné... muy importante incluso estando en casa, que las reacciones entran igualmente" asegura el farmacéutico Serafín López.
Y en casa, también, atención a la hora de guardar las medicinas: siempre en un lugar fresco, seco, ventilado y alejado de fuentes de calor o luz directa... como la cocina o el baño.