Ángel Pelayo Gordillo durante la sesión de investidura de María Guardiola
Ángel Pelayo Gordillo ha comenzado su intervención recordando que "el pasado 28 de mayo Extremadura habló, para que el cambio político se verificara", algo que ha calificado como "resultados históricos". Ha lamentado que el discurso de María Guardiola no hiciera "apenas mención al acuerdo suscrito", y espera que "las competencias asumidas cuente con los medios necesarios para su desarrollo".
Sobre el acuerdo, entiende que es justo. "Hemos antepuesto el bien de Extremadura y su futuro a otras consideraciones", y ha explicado que ven necesario "romper una inercia política de décadas con un saldo muy deficiente". Considera que, tras el acuerdo alcanzado con el PP, llega "una nueva política para tener un gobierno innovador que aporte medidas nuevas que generen riqueza".
El principio del fin del socialismo
Pelayo Gordillo ha criticado a Vara, cuyo gobierno ha definido como un "fracaso en la gestión y continuismo, incapaz de trasmitir a los extremeños un nuevo impulso". Por ello, cree que es necesario mucho trabajo y urgente. La región precisa, ha explicado, de un apoyo decidido al sector privado, de lucha contra el desempleo y una revisión de la elevada fiscalidad y reducción de trabas burocráticas.
Ha lamentado los datos de desempleo y la "fiscalidad desbocada", que es, asegura, "sinónimo de pobreza". Y ha añadido que, a pesar de los altos impuestos, "no tenemos la mejor sanidad ni educación". Sobre la educación pública, cree que se ha convertido en una herramienta de "adoctrinamiento ideológico donde su gran preocupación es que sus consignas ideológicas se encuentren omnipresentes, dejando en segundo plano en muchas ocasiones la formación y transmisión de conocimientos".
La Extremadura que viene
Rendimientos escasos, trabas impuestas y fiscalidad. Es lo que Pelayo Gordillo, asegura, tiene al campo al borde del abandono de sus instalaciones. "Les han hecho la vida imposible". "Requiere de un apoyo decidido que vamos a brindarle". Ha insistido, además, en que van a mantener la central de Almaraz, y ha criticado la existencia de "asociaciones, colectivos y plataformas subvencionadas y con fuertes vínculos con el partido socialista".
Ha mostrado el "mayor de los respetos a todas las víctimas, pero no a su visión sesgada de la historia", hablando sobre memoria histórica. "El anhelo de los españoles y extremeños no es la revancha ni la imposición sino el respeto mutuo a quienes nos precedieron".
"Hoy comienza algo nuevo y esperanzador. Es el principio del fin del socialismo en Extremadura". Frente a la pobreza, clientelismo y desánimo, asegura, van a desarrollar durante los primeros 100 días, una ley de medidas fiscales para bajar los impuestos para todos y atraer personas y empresas .
Pretenden también reducir el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y matriculación, suprimir en la práctica el impuesto sobre el patrimonio y reducir drásticamente el IRPF especialmente a los salarios medios y bajos, para crear un "entorno favorable".
Pelayo Gordillo se ha mostrado firme, durante su discurso, en la defensa del mundo rural, de la agricultura y la ganadería, y promete revisar las políticas verdes para evitar el sobrecoste, además de afirmar que no se derribará Valdecaballeros ni ningún otro embalse.
"La violencia es violencia"
Ha vuelto a insistir en que toda violencia debe ser castigada, y sus autores deben cumplir íntegramente sus penas y no ver sus condenas reducidas. También ha dicho que la familia estará "en el centro de las políticas públicas".
