Sanitarios atendiendo a un paciente en la UCI
En lo que llevamos de agosto han fallecido 34 extremeños con COVID-19 en Extremadura. El 82% de ellos estaban vacunados. Ante esta situación, cabe preguntarse si es posible conocer por qué están muriendo personas vacunadas. La respuesta parece clara: sí, pero se requiere de tiempo.
Sacar conclusiones rápidas de por qué se están produciendo esas muertes es erróneo. Lo advierte el especialista en infectología Agustín Muñoz, que explica que "hay que saber qué tipo de vacuna se ha puesto, cuánto tiempo hace que se vacunaron, las edades, si había patologías de base subyacente, dónde se puso la vacuna, ... En definitiva, una serie de datos que no se han hecho públicos. Tampoco se conoce la situación inmunitaria previa y posterior a la vacuna. Un punto clave sobre todo en las personas de mayor edad, insiste el experto.
Por ese motivo, añade, es necesario estudiar qué está ocurriendo en los centros de mayores, donde el virus ha vuelto a entrar con fuerza en esta quinta ola. De momento, 13 de las 34 personas que han perdido su vida en agosto eran usuarios de residencias. "Hay ver por qué pasa eso. Si el personal se vacuna, si la entrada y salida de personas en la residencia es la adecuada, si los niveles de protección no farmacológicos se hacen correctamente", explica Muñoz.
Vacunas eficaces, pero no infalibles
Otro punto clave es el funcionamiento de las vacunas. Los estudios preliminares de las vacunas contra el COVID-19 ya confirmaron que no eran 100% eficaces, especialmente a la hora de evitar contagios. Aún así, tienen una eficacia muy superior a otras como la de la gripe; por eso, Muñoz no duda y nos recuerda que "es absolutamente necesario vacunarse. Son de una eficacia y efectividad increíblemente buenas. Las mejores de la historia... pero no son suficientes."
Hay que acompañarlas, dice, de las medidas higiénico sanitarias porque la posibilidad de infectarse continúa ya que hay muchos factores ajenos al virus que hacen que se siga replicando, multiplicando y mutando.
