8 Septiembre 2020, 10:59
Actualizado 8 Septiembre 2020, 11:02

Suele ser habitual que durante el tramo final del verano y a lo largo del otoño hablemos de lluvias torrenciales en el litoral mediterráneo y el archipiélago Balear y este año ya tenemos activo uno de estos episodios. Solo durante la jornada de ayer lunes (7 de septiembre) se acumularon más de 120 mm en Calvià o casi 100 en Llucmajor y Andratx, municipios del norte de Mallorca.

¿Pero cómo y por qué se originan estas situaciones?

En esta época y tras la alta insolación y el calor del verano, el agua del Mediterráneo (en sus capas superficiales) alcanza temperaturas que rondan los 28-30º entre el archipiélago Balear y el litoral peninsular y lo que convierte a esta zona en una fuente muy potente de evaporación. Si, como en este tramo inicial de la semana toda esta humedad se cruza en capas medias y altas de la atmósfera con algo de aire frío, que comienza a descolgarse desde latitudes más al norte por donde ha circulado durante todo el verano, toda esa humedad se acaba condensando y forma enormes estructuras nubosas con mucha actividad interna (fuertes corrientes ascendentes de aire)

Temperaturas a 500 hPa (~5500 m) y en la superficie del mar. Datos temperatura del mar, Puertos del Estado
Temperaturas a 500 hPa (~5500 m) y en la superficie del mar. Datos temperatura del mar, Puertos del Estado

Es este aire frío en altura, cuando se separa de la corriente general y forma una bolsa aislada, el que recibe el nombre de DANA, acrónimo que responde a las iniciales de Depresión Aislada en Niveles Altos (de la atmósfera)

Pero todavía tenemos un ingrediente más que hace de esta zona y estos episodios un ejemplo a nivel mundial de lluvias intensas: el relieve.

En el norte de la isla de Mallorca encontramos la Serra de Tramontana, con altitudes de hasta 1300 m y en la península toda la costa de levante, desde la provincia de Girona hasta la Sierra de Gata en Almería está jalonada de cordilleras y accidentes geográficos que no hacen sino acentuar el ascenso de esas masas de aire húmedo y cálido de la superficie hasta capas más frías y que además provocan que las precipitaciones queden “atrapadas” sobre las zonas más expuestas y las diferentes tormentas o tandas de lluvias descarguen de manera persistente sobre los mismos puntos. 

El récord de precipitación en 24 horas lo ostenta el municipio de Oliva, en Valencia con 817 mm el 3 de noviembre de 1987 y el de lluvia acumulada en 1 hora lo tiene Vinarós, en Castellón, con 159 mm el 19 de octubre de 2018

Se generan así episodios no solo de mucha intensidad sino con acumulados muy destacables. De hecho para la jornada de hoy todavía tendremos que estar pendientes de las precipitaciones de nuevo tanto en Baleares como en la costa catalana