17 Abril 2022, 12:31
Actualizado 17 Abril 2022, 14:45

Después de toda una noche de trabajo, a las ocho de la mañana se ha producido el momento más esperado, el encuentro de la Virgen con su hijo ya resucitado.

Ese ha sido el colofón a una noche mágica en Orellana la Vieja, de buena gastronomía y mucha música, que comenzó el día anterior recogiendo palmeras y yendo al campo a por las ramas.

La fiesta tiene un horario nocturno. Empieza a las cuatro de la madrugada, momento en el que los vecinos salen para ornamentar con con guirnaldas, trenzas, palmas, jaramagos, plantas aromáticas y flores silvestres la Calle Real, el tramo central de la procesión del encuentro entre la Virgen y Jesús Resucitado. Es la 'Enramá de Pascua'.

Vecinos enramando las calles por donde pasa la procesión
Vecinos enramando las calles por donde pasa la procesión

La otra es la Enramá de Gala. Una prueba de amor que ha ido evolucionando con el tiempo para no discriminar a las mujeres. "Antiguamente eran los hombres los que adornaban la fachada de sus novias o prometidas, pero hoy día ya participan todos", explica el alcalde, Cayetano Ramos. La fachada mejor decorada se lleva, además, un premio del Ayuntamiento.

Jóvenes enramando una fachada
Jóvenes enramando una fachada

Terminada la decoración, vecinos y familias se reúnen en torno a unas migas y dulces típicos, como el bollo dormido y las empanadas, para endulzar la espera de la procesión.

Una fiesta entrañable y muy arraigada en la tradición que espera conseguir pronto la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional.