En un incendio no solo arde la flora: también los animales y quienes viven de ellos sufren las consecuencias. En el incendio de Jarilla, varias fincas ganaderas se han visto afectadas por las llamas y el humo, lo que supone un durísimo golpe para las familias de la zona.
Durante este miércoles, la Guardia Civil ha acompañado a los ganaderos para que pudieran alimentar a sus animales en medio de las restricciones y las dificultades de acceso. Aunque todavía es pronto para hacer un balance exacto, algunos productores estiman que las pérdidas económicas podrían rondar los 20.000 euros.
Pastos arrasados y futuro incierto
El fuego no solo ha dañado infraestructuras y explotaciones, sino que también ha arrasado los pastos esenciales que sirven de alimento para el ganado. El sustento de muchas familias ha desaparecido y observan con impotencia cómo los paisajes que hace apenas unos días mostraban vida y trabajo, ahora quedan cubiertos de cenizas.