
Una historia que viaja entre leyendas, océanos y siglos se ha materializado hoy en el Monasterio de Guadalupe. Desde México ha llegado una joya singular: la réplica en plata de la ofrenda que Hernán Cortés prometió a la Virgen de Guadalupe hace 500 años, tras sobrevivir a la picadura de un escorpión.
El exvoto perdido
Lo que se ha entregado es una recreación fiel del escorpión de oro que, según la tradición, Cortés encargó como ofrenda por su salvación milagrosa. La doctora Lourdes Royano explica que “cuando se cura de esa picadura que era mortal, decide cumplir su promesa a la Virgen, que era un exvoto, pero se perdió y no se ha vuelto a saber qué ha sido de esta joya”.
Aunque parte del relato se sustenta en la tradición oral, existen documentos que respaldan su existencia. “En 1896 hay un artículo con un investigador que se llama Barrantes y él rescata el dibujo de esta joya. Hay otra crónica en el siglo XVIII donde se vuelve a reproducir la historia y aquí sí tenemos ya más datos”, afirma la doctora Sofía Velarde.
La creación de la réplica ha corrido a cargo del taller de Emilia Castillo, una reconocida platera mexicana de prestigio internacional. “Es el taller de Emilia Castillo, una platera que está destacada a nivel internacional, que tiene obras en el Vaticano y que también ha trabajado mucho la naturaleza en arte-objeto”, asegura la doctora Alma Montero.
Al igual que el exvoto original, esta réplica contiene en su interior un escorpión real, conservado mediante resina. “Es un proceso que conserva los organismos sin degradarse”, detalla el ingeniero químico Víctor Ponce, responsable de esta técnica.