Pedro Sánchez ha dejado ya varios momentos históricos en la política de este país. En julio de 2014 ganó las primarias de su partido. Fue el primer secretario general del PSOE elegido por la militancia.
En 2016 protagonizó la primera investidura fallida de nuestra democracia tras un pacto con Ciudadanos sin el apoyo de Podemos. (ambiente no alcanza la mayoría).
Ahí empezó a forjarse el "no es no" a Mariano Rajoy. Una posición que le enfrentó a su partido y le llevó a dimitir como secretario general y a renunciar a su escaño.
Se fue anunciando que volvería. Su manual de resistencia le llevó, como militante de base de nuevo, a enfrentarse al aparato del partido y a ganar en 2017, contra pronóstico, otra vez las primarias frente a pesos pesados como Susana Díaz y Patxi López.
Un año después llega a la Moncloa tras ganar, por primera vez en democracia, una moción de censura. Lo hace contra el gobierno de Mariano Rajoy.
En abril de 2019 gana las elecciones generales, pero no consigue formar gobierno. Tras la repetición de los comicios, en noviembre de ese año, pacta con Unidas Podemos y forma el primer gobierno de coalición de la historia.
Primero la pandemia y después la guerra de Ucrania convirtieron la legislatura en un camino difícil que acabó con un adelanto electoral inesperado en 2023. Tras unas elecciones autonómicas donde el PSOE perdió mucho poder. Pero en esas generales creció en escaños y pactando con la mayoría de grupos de la Cámara, volvió a sacar adelante su investidura.
Una legislatura en la que se ha puesto a prueba más que nunca su manual de resistencia.
