6 Noviembre 2025, 13:47
Actualizado 6 Noviembre 2025, 17:09

Las intensas lluvias de las últimas horas han arrastrado las cenizas del gran incendio de Jarilla hasta varios cauces del norte de Cáceres, provocando un fuerte impacto visual en ríos, gargantas y piscinas naturales. En localidades como Gargantilla y Hervás, el agua baja completamente negra, como se ha podido observar en la garganta de la Buitrera y el río Ambroz a su paso por el barrio judío.

Ante la preocupación inicial por la potabilidad del agua, el Ayuntamiento de Gargantilla ha realizado análisis esta misma mañana. Según ha confirmado su alcaldesa, Dolores Peña, “tenemos captaciones subterráneas y de momento no hay problema con el agua”. Los resultados han sido óptimos, aunque desde el consistorio se recomienda no consumir agua del grifo por precaución.

En los comercios de la zona se ha notado un aumento en la venta de garrafas, aunque los propietarios aseguran que, por ahora, no hay alarma entre la población.

En Villar de Plasencia, la situación es similar. La alcaldesa María José Pérez ha informado que “hemos subido a la presa y los análisis han salido bien”, por lo que el agua también es apta para el consumo.

Por el momento, el arrastre de cenizas solo está causando un impacto visual en los cauces, sin que se haya detectado contaminación en las redes de abastecimiento.