29 Octubre 2021, 20:05
Actualizado 29 Octubre 2021, 22:56

Es en los baños públicos donde empieza el sexismo. Lo leí una vez y no tardé ni un segundo en reconocerme en la sentencia. Quizá porque lo dicen las puertas, lo evidencian los espejos, cuando solo están colocados en los baños de ellas y lo gritan, casi siempre, los cambiadores de bebés. Lo espetan también los semáforos. Los símbolos de género están por todos lados, a veces, a través de objetos colocados consciente y significativamente y, otras veces, en pictogramas que también tienen detrás consciencia y significado.  Ya lo define la RAE, que “un símbolo es un elemento u objeto material que, por convención o asociación, se considera representativo de una entidad, de una idea o de una cierta condición”. Y también la teoría de la lengua, para la que los símbolos están acordados “por instituciones y aceptados internacionalmente”. Nadie, ni aquí ni en Alemania, se atreve a dudar de que un dibujo que emula tener falda significa “mujeres por aquí” ni tampoco de que un círculo con una flecha hacia arriba significa “hombres” mientras que el mismo círculo, pero con una cruz hacia abajo, quiere decir “mujeres”.

 

Dos dioses amantes, detrás de los símbolos de lo femenino y lo masculino

Los dos últimos ejemplos, los del círculo son estos: ♂ (hombre) y (mujer) . En Mitomachismos  de Iguales, hemos hablado de los dioses de Olimpo que están detrás de ellos. Bienvenidos a la historia de Venus y Marte, dos amantes que representaban lo irrefrenable: ella, en lo sensual y en lo erótico; él, en la fuerza bruta. Tan impulsivo fue lo suyo que acabaron descubriéndoles. Pero más allá de su pasional historia lo que nos interesa saber es cómo y por qué se han quedado para siempre en nuestros símbolos de género.  

 

Venus con su espejo de cobre y Marte con sus armas de hierro 

♀: esta que ven es Venus (Afrodita). Afrodita nació de la espuma (afros) que se generó en el mar cuando Cronos lanzó al océano los genitales de Urano, para que no siguiera dejando embarazada a Gea.  El parto marítimo sucedió en algún remoto lugar cercano a Chipre. Eso dice el mito, que cuenta también que Venus es la diosa de la belleza, de la sensualidad y del erotismo y que se miraba en un espejo de cobre. Venus, Chipre, cobre y espejo son importantes, luego veremos por qué. Pero antes concretemos que lo que representa el símbolo ♀, que hoy identificamos con lo femenino es la sensual Venus mirándose en su espejo de cobre.

La 'Afrodita de Capua', que está en el Museo Arqueológico de Nápoles, parece  tener un objeto ausente que los expertos identifican con el espejo de cobre en el que se miraba la diosa
La 'Afrodita de Capua', que está en el Museo Arqueológico de Nápoles, parece  tener en la mano un objeto ausente que los expertos identifican con el espejo de cobre en el que se miraba la diosa

Mismo proceso para el símbolo masculino. es Marte (Ares), dios de la guerra, que era hijo de Juno y Júpiter. Era tan bruto, tan sanguinario y tan torpe que incluso sus padres se avergonzaban de él. Sus armas eran de hierro y eso es lo que significa el símbolo masculino el feroz y fuerte Marte armado hasta las cejas (el círculo es el escudo y la flecha, un arma).

El dios Marte (Ares) aparece siempre armado
El dios Marte (Ares) aparece siempre armado

Científicos griegos y alquimistas medievales: la fórmula de la simbología de género

El porqué de que estos símbolos hayan llegado hasta nosotros no se queda en este “cuentecito” del Olimpo. Tiene que ver con la ciencia y con los primeros astrónomos griegos. Ellos, al observar o estudiar el universo, identificaban sus objetos de estudio con los nombres de sus dioses: los planetas, las constelaciones… Y lo mismo hicieron luego quienes estudiaron los metales. 

De esta forma, según muchos expertos, el cobre, metal blando, lo identificaron con Venus (Afrodita), por venir esta de Chipre , tierra del cobre, y tener un espejo de ese material. Y en el caso del hierro, metal duro, lo identificaron con Marte, dios con escudo y armas de ese metal. Y así los fueron escribiendo e identificando, hasta llegar a los alquimistas medievales, que recogieron directamente el nombre de estos metales con los símbolos que también habían dejado sus antecesores para identificarlos: ♀ y ♂. Fue ya en el siglo XVII, cuando un botánico empezó a asociarlos al género masculino y femenino pero el camino fue, a grandes rasgos este:  Venus, sensual y erótica, se identifica con un metal blando.  Marte, fuerte y armado, se identifica con un metal duro. Y nosotros ahí, en los baños públicos, abriendo la puerta que toca según nuestro símbolo sin reparar que, en lo de la incontinencia urinaria, seguramente no haya bandos de duros ni blandos que valgan.

Al terminar la sección, Sara Obreo, que forma parte del equipo de Técnica encargado de que Canal Extremadura Radio se escuche a la perfección, propone dar la vuelta al mito, que es lo que buscamos cada semana en Iguales. “¿Venus metal blando o quizá flexible?”. Entonces, fuera ya de micro, hablamos Luz Carmen Herrera, Sara y yo de anacronismos, del significado de lo exótico y lo divino para la civilización grecorromana y de lo necesario que es reinterpretar los mitos para entendernos a nosotros mismos en el presente y sobre todo, para decidir lo que queremos ser en el futuro.

Tanto lo estamos decidiendo que Venus, la del metal blando, en la actualidad, es el símbolo en muchos carteles y banderas de lucha feminista. Blando lo que se dice blando, yo ya no lo veo.

El símbolo de Venus combinado con un puño es el símbolo de muchas reivindicaciones feministas
El símbolo de Venus combinado con un puño es el símbolo de muchas reivindicaciones feministas