5 Septiembre 2022, 14:36
Actualizado 5 Septiembre 2022, 14:36

Ha pasado un año de su marcha, pero en la retina de todos queda un anuncio de televisión: Marco bailando frente a la ELA, fotograma a fotograma a golpe de tango. Un spot que dio la vuelta al mundo, poniendo en primer plano esta enfermedad degenerativa, que llego a su vida en 2015, a sus 50 años, frenando de golpe una reconocida vida empresarial, en la que llegó a fundar la Asociación de Jóvenes Empresarios de Extremadura y la Asociación de Empresas de Formación.  

Ésa fue su actitud desde el minuto uno y durante sus últimos años: la entereza y el espíritu de lucha en pro de los enfermos de la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Y así puso en marcha la asociación ELA Extremadura, entregándose en cuerpo y alma. A pesar de que su debilidad física aumentaba, su fuerza también lo hacía. Impulsó numerosas iniciativas siempre acompañado de su familia, amigos  y de su club, el Badajoz, a los que incluso hizo teñirse la cabeza de verde. Viajó por toda España poniendo rostro a la enfermedad. Una experiencia que narró en el libro ‘La novela de Marco,’ que aún sirve de inspiración para muchos pacientes.  

Ése era su motor hasta el 24 de septiembre de 2021 cuando nos dejó, aunque su legado continúa. La vida de hombre ejemplar que lo hacen merecedor del máximo galardón de la región a título póstumo. 

Un galardón que su familia está segura de que compartiría con todo los enfermos, con los pacenses, con Jarandilla de la Vera o Solana de los Barros, sus localidades de la infancia. Porque su súper poder, dicen quienes lo conocían, era la bondad

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