Feli es de los pocos sabios del lugar que recuerda aún la utilidad del pozo de las Nieves, que construyó su abuelo. En él se cargaban las bestias y se transportaba el hielo de noche para que no se derritiera; cuando llegó el tren se empaquetaba con paja y llegaba a Salamanca y Cáceres. Con la llegada de la electricidad y las fábricas todo acabó. Feli también recuerda experiencias con el lobo, ya que la zona era propicia a ellos y nos enseña un corral preparado como trampa de lobos.

Arbey es el actual sacerdote de La Garganta. Lleva un año en el pueblo y está encantado. Arbey proviene de la provincia de Antioquia en Colombia; su familia se dedica a la siembra, recolección y primer secado del grano de café, y él y sus 9 hermanos han ayudado en el campo a sus padres toda la vida. El olor de una taza de buen café le transporta a su lugar de origen. La devoción y la fiesta a la Virgen del Castañar que comparten los paporros con Béjar le ha conquistado.

Rosane ha pasado de trabajar como administrativa en una empresa de camiones en Brasil, a tener su propia ganadería en La Garganta, población natal de su marido al que conoció en Brasil mientras él trabajaba allí. Siempre le han gustado los animales, pero aquí se ha convertido en una ganadera de los pies a la cabeza. Comenzó con 5 vacas y la ayuda de su suegro, uno de los ganaderos de La Garganta durante muchos años.

Hasta el siglo XIX, La Garganta era uno de los 36 lugares que componían el histórico Ducado de Béjar (Salamanca). A día de hoy es uno de los pueblos con más magia del extremeño Valle del Ambroz. Con su encanto ha conquistado a la brasileña Rosane, única mujer ganadera del pueblo que hoy nos abre las puertas de su finca. Para hablarnos del pasado de La Garganta contamos con Feli, que llegó a ver en funcionamiento el impresionante “Pozo de la Nieve”, construido por su abuelo hace 200 años. En esta tierra ganadera, el lobo tuvo gran presencia y Encarna, Nieves y Lorenza aún recuerdan verlo por la zona. Con Chago, y la Cofradía de “Los Pajaritos”, recorremos el pueblo para recrear una ancestral tradición, donde las puertas de los vecinos de La Garganta se abren para darnos la bienvenida una noche más.

Desde que se declararan Bien de Interés Cultural, los carteles publicitarios de Nitrato de Chile son un tesoro más a conservar en nuestra región. En total, 21 localidades extremeñas mantienen uno de estos mosaicos originales elaborados en Valencia y puestos durante la década de 1930, época en la que no hubo pueblo que no tuvo al menos uno. Con el paso del tiempo, la mayoría ha ido desapareciendo, de ahí que nuestra región haya sido la primera que los protege, pero no la última, pues otras regiones así como el país de origen, Chile, quieren promover acciones para conservar estas obras publicitarias a lo largo de la historia.

Divertido concurso de preguntas y respuestas para toda la familia.

Con Paco Vadillo.