25 Mayo 2025, 10:58
Actualizado 25 Mayo 2025, 10:58

El casco antiguo de Cáceres se llenó, la tarde del pasado sábado, de emoción y música tradicional con la recreación de una boda extremeña como las de antes. Más de cien personas han participado en esta celebración que homenajea los enlaces que se celebraban en los pueblos de Extremadura a principios del siglo XX.

Boda extremeña

Vestidos con refajos, mantillas y trajes típicos, los asistentes revivieron paso a paso una ceremonia cargada de simbolismo y raíces. “No hay mejor escenario que el casco antiguo de Cáceres. Es como si la boda siempre hubiese estado aquí”, ha asegurado la novia. La jornada comenzó con la tradicional ronda: los amigos del novio acudieron a pedir permiso para rondar a la novia, compartieron bailes, consejos y regresaron a casa como dictaba la costumbre. Ya al amanecer, las amigas acudieron a vestir a la novia en la alborada.

Después, la comitiva recorrió las calles empedradas de la ciudad monumental: los amigos fueron a buscar al novio, las amigas a la novia, acompañados de compadrinos, madrinas, cirieros y, entonces, el momento más esperado, el “sí, quiero”, que se celebró en la emblemática iglesia de San Jorge.

Celebrar, comer y bailar

Tras la ceremonia, el convite no faltó a la cita: dulces típicos como roscas y empanadillas, regalos simbólicos y curiosidades como una bandeja con monedas dentro de una manzana. “Yo es la primera vez que veo una boda así”, comentaba una espectadora.

Porque en Extremadura, el amor no solo se celebra: se canta, se baila, se honra. En las jotas, en los fandangos, en la lengua, y en cada piedra del casco antiguo de Cáceres.

Boda extremeña