
Cada 20 de agosto se conmemora el Día Mundial del Mosquito, en recuerdo al descubrimiento de Sir Ronald Ross en 1897: los mosquitos Anopheles transmiten la malaria entre humanos. Más allá de ser una simple molestia en verano, estos insectos son responsables de la propagación de enfermedades como dengue, zika, chikungunya y malaria, causando más de 700.000 muertes al año en el mundo, según la OMS.
Pero, dejando de lado su faceta más peligrosa, hay una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿por qué parece que algunos siempre se llevan más picaduras que otros?
¿A quién pican más los mosquitos?
Los mosquitos no eligen al azar: hay factores biológicos y ambientales que hacen que ciertas personas les resulten más atractivas.
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Grupo sanguíneo: quienes tienen grupo O suelen recibir más picaduras que los de grupo A o B.
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Dióxido de carbono (CO₂): detectan el aire que exhalamos. Los adultos y las embarazadas, que producen más CO₂, suelen ser más picados.
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Higiene y pH de la piel: lavarse mucho también puede ser contraproducente. Los jabones alteran el pH natural y la microbiota cutánea, modificando los olores que desprendemos. Una piel recién lavada, con pH más alto, puede resultar más atractiva para los mosquitos.
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Olor corporal y sudor: el ácido láctico, presente en el sudor, es un poderoso atrayente. Quienes hacen deporte o transpiran más, se convierten en blanco fácil.
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Temperatura de la piel: les atraen las zonas más calientes, como tobillos y pies.
¿Por qué pican y generan tanta reacción?
Cuando un mosquito te pica, inyecta saliva con sustancias anticoagulantes que impiden que la sangre se coagule. El sistema inmunitario responde liberando histamina, lo que provoca enrojecimiento, hinchazón y picor.
Si ya nos han picado, ¿qué debemos hacer?
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No rascarse: aumenta la irritación y el riesgo de infección.
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Lavar la zona con agua y jabón.
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Aplicar frío local (hielo envuelto en tela) para reducir inflamación.
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Usar cremas calmantes con aloe vera, calamina o hidrocortisona.
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Consultar a un médico si hay reacciones alérgicas graves (dificultad para respirar o hinchazón excesiva).