4 Agosto 2022, 14:46
Actualizado 4 Agosto 2022, 14:46

Dos centenares de municipios de Extremadura están afectados por el picudo rojo, un escarabajo que es responsable de la muerte de las palmeras. Esta semana se han retirado las últimas de San Francisco, en Badajoz. En localidades como Plasencia los tratamientos recomendados por Sanidad Vegetal han hecho efecto y se ha frenado el avance.

El picudo rojo es un escarabajo con pico alargado y de color rojo cuyas larvas se comen el interior de las palmeras provocándoles la muerte. El primer foco se detectó en 2013 en Madrigal de la Vera y, desde entonces, se ha generalizado por toda la comunidad.

Según ha informado la Consejería de Agricultura, hay unos 200 términos municipales afectados en Extremadura a día de hoy. La plaga es más importante en la provincia de Badajoz donde hay más presencia de palmeras canarias y datileras, estas variedades con las que se ven más afectadas. En otros tipos de palmeras, como las washingtonias, prácticamente no hay daño.

Sanidad Vegetal ha elaborado un protocolo con recomendaciones para acabar con este coleóptero, recomendaciones que han aplicado en Plasencia. En la ciudad se han retirado un total de 16 palmeras de espacios públicos pero ahora, la plaga está controlada, según el concejal de Medio Ambiente, Sergio López. "Después de la eliminación de los ejemplares enfermos y su tratamiento preventivo, hemos parado la plaga. No sabemos si por el calor o porque los productos administrados han surtido efecto, de todos modos, estamos vigilantes".

En el caso de la capital pacense, que es una de las más afectadas, tiene 1.200 ejemplares y esta semana se han retirado 23 ejemplares, en el Paseo de San Francisco. Jesús Coslado, concejal pide a la Junta de Extremadura que actúe y trate sus palmeras así como que vigile que los particulares apliquen las medidas necesarias para erradicar la plaga.

De otro lado, Sanidad Vegetal está controlando el material producido en vivero para asegurar que no sea portador de picudo, un control que está surtiendo efecto ya que no ha detectado nuevos focos que se hayan originado en nuevas plantaciones. No obstante, no es posible frenar el avance del picudo porque, aunque se talaran todos los ejemplares afectados,  la plaga volvería a introducirse por dispersión natural desde áreas limítrofes con Extremadura.