La decisión del socialista Miguel Ángel Gallardo de incorporarse como diputado al grupo parlamentario del PSOE en la Asamblea de Extremadura ha desatado una nueva polémica en la región. Desde el Partido Popular, su portavoz en la región, José Ángel Sánchez Juliá, ha calificado el anuncio como “una confesión de culpabilidad encubierta” y lo ha criticado por haberse producido “con nocturnidad y alevosía”.
"¿Qué teme? ¿A qué le tiene miedo?”, ha cuestionado Sánchez Juliá, en referencia al procedimiento legal en el que Gallardo está implicado y al que se han sumado como acusaciones populares tanto el PP como Vox. Desde el PP aseguran que el movimiento no fue planificado, sino una reacción de última hora tras conocer la petición de penas por parte de dichas acusaciones.
Posturas de Vox y Unidas por Extremadura
Desde Vox, el diputado Ángel Pelayo Gordillo también ha mostrado su rechazo al movimiento del actual presidente de la Diputación de Badajoz, que será sustituido en los próximos días. Aunque celebran que Gallardo abandone esa institución, critican que dé el salto a la Asamblea: “El señor Gallardo lo que tiene que hacer es abandonar, hasta que esto se esclarezca, y pese a lo que diga la Fiscalía, que depende de quien depende, cualquier responsabilidad política”, ha afirmado, pidiendo que su sustituto tenga “las manos limpias”.
Unidas por Extremadura ha adoptado una posición distinta. Su portavoz, Irene de Miguel, ha considerado razonable que Gallardo se incorpore al Parlamento autonómico para liderar directamente a su grupo: “Me parece lógico que entre y que no sea una sombra constante de la que se habla en la Asamblea pero que él no tiene palabra para poder defenderse”, ha señalado, sugiriendo que el líder socialista debería haber dado este paso mucho antes.