28 Septiembre 2020, 13:21
Actualizado 29 Septiembre 2020, 13:48

El verano no ha dado la tregua esperada a los empresarios del turismo y eso hace que los negocios que han sobrevivido a la primera embestida del COVID-19 no se muestren esperanzadas antes la llegada del otoño.

El verano ha dejado dos fotografías: la optimista en entornos rurales y norte de Extremadura, y la del "vacío" en el resto de la región y en entornos urbanos. Son justo esas zonas las que preocupan al mirar al otoño ante la convocatoria de eventos, festivales o  el calendario de caza sobre todo por algo que disgusta especialmente en el sector, las continuas limitaciones a las reuniones que, nos indican, confunden las reuniones profesionales con las familiares, que es donde se han dado la mayoría de rebrotes de covid. Por eso reivindican que se respeten los 21 protocolos  que durante los meses del confinamiento se pactaron entre el Ministerio de turismo y el de sanidad. 

María José García, nueva presidenta del Clúster del turismo extremeño suma además una  inquieta respecto al inicio del otoño, la lentitud en la gestión de  los bonos turísticos anunciados por la Junta de Extremadura y gestionados por las Diputaciones para dar apoyo al turismo extremeño.

No son pocos los frentes que tiene abiertos, de ahí que propongan encararlos todos  en un Plan estratégico de reactivación. Un plan que  que mire también a largo plazo y que proteja una pieza de la economía de la que depende un 11% del PIB nacional y un 8% del PIB regional.

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