31 Diciembre 2022, 10:59
Actualizado 31 Diciembre 2022, 11:28

El Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido esta mañana en Roma a los 95 años. Nacido en Alemania el 16 de abril de 1927, Benedicto XVI fue elegido como Papa el 19 de abril de 2005 y ocupó el cargo hasta el 28 de febrero de 2013, cuando decidió renunciar al papado, en favor del Papa Francisco y asumir el título de Papa emérito.

Desde el momento de su renuncia, vivió en el monasterio "Mater ecclesiae" del Vaticano. Benedicto XVI fue el primer Papa en renunciar al papado en más de 600 años y su decisión fue considerada excepcional en la historia de la Iglesia.

El cuerpo del Papa emérito, Benedicto XVI, será trasladado a la basílica de San Pedro el próximo lunes, 2 de enero, para que los fieles puedan despedirse de él. Su muerte se produce después de unos días en los que su estado de salud se ha resentido notablemente.

 

Su salud se agravó el pasado miércoles

Las condiciones de salud del Papa emérito se agravaron el pasado miércoles, tal y como anunció en la audiencia general Francisco, que dio cuenta de que estaba "muy enfermo".

"Querría pediros a todos vosotros una oración especial para el papa emérito Benedicto XVI, que en silencio está sosteniendo la Iglesia: recordadlo, está muy enfermo, pedimos al Señor que lo consuele y lo sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final", señaló el Pontífice. Benedicto XVI había empeorado desde hacía una semana, pero la noticia, pese a su avanzada edad, fue una sorpresa para todos.

Nadie en el entorno del Papa emérito imaginaba que sus condiciones de salud podrían empeorar de un día para otro. De hecho, el arzobispo Gänswein, que se ha convertido en su familia más cercana en estos 9 años y medio de retiro espiritual tras dar un paso al lado del liderazgo de la Iglesia, se encontraba en Alemania cuando el Papa Francisco reveló el pasado miércoles el deterioro progresivo de Benedicto XVI.

Benedicto XVI ha fallecido en su dormitorio en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro de los muros del Vaticano, donde reside desde que renunció al pontificado en 2013. A pesar de la gravedad de su situación, en ningún momento fue traslado a ningún hospital aunque la atención médica que ha recibido en todo momento por su equipo médico era constante.

El equipo médico de Benedicto XVI decidió no trasladar al Papa emérito al Hospital Policlínico Gemelli de Roma, centro de referencia para los pontífices, donde, por ejemplo, fue hospitalizado el Papa Francisco para un operación de colon debido a una diverticulitis grave en julio del año pasado.

Con todo, según señaló la prensa alemana, habría sido el propio Papa emérito quien habría manifestado su deseo de no ser trasladado a ninguna clínica en caso de que sus condiciones de salud empeorasen. Sin embargo, esta información no fue confirmada en ningún momento por la oficina de comunicación del Vaticano.