Más de 300 extremeños tienen implantes cocleares. Un dispositivo que, mediante una pequeña intervención, permite que personas con deficiencia auditiva puedan escuchar.
Andrea
Es el caso de Andrea. A esta niña de 6 años le detectaron hipoacusia bilateral profunda a los 12 días de nacer. Tras probar con audífonos, la solución fue un implante coclear. Pero esto no es suficiente, tras la intervención hay que educar a la persona para que sepa interpretar cada sonido.
Un esfuerzo por parte esa persona pero también de los profesionales y de la familia que da sus frutos... de hecho, la madre de Andrea, Toni, asegura que gracias a esta intervención y a la labor que logopedia podrá tener una vida como la de cualquier otro niño.
María Fidela
El caso de María Fidela tiene algunas diferencias. Ella siempre tuvo problemas de audición. Su implante coclear llegó hace siete años. Desde entonces, esta enfermera desde hace más de 30 años, que tenía que pedir los apuntes en la facultad porque no oía bien y los audífonos no eran suficiente, asegura que su vida ha cambiado a mejor en todos los sentidos.
También reconoce que todo le ha costado más esfuerzo que a los demás; especialmente con la llegada de la pandemia y el uso de mascarillas, lo que le impide leer los labios.
Fidela pide a la sociedad más empatía con esta discapacidad y recuerda a quienes tengan problemas de audición que el implante coclear puede ser la solución.