17 Junio 2025, 12:22
Actualizado 17 Junio 2025, 12:48

Este 17 de junio se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía. Hablamos de un problema que sufren 3.200 millones de personas en todo el mundo; es más de un tercio de la población total del planeta.

El asunto requiere medidas globales, habida cuenta de su alta repercusión en la seguridad y la soberanía alimentarias. El portavoz de Ecologistas en Acción en Extremadura, Carlos Garrón, opina que la intervención del hombre es un factor clave en la sequía, fundamentalmente a través de la agricultura.

Cambio climático y aridez

El cambio climático, añade Carlos Garrón, está causando una progresiva aridez en la provincia de Badajoz. Un asunto que preocupa a los colectivos conservacionistas, a pesar de las lluvias de esta pasada primavera. Hay un hecho irrefutable: crecen las temperaturas, tanto las medias como las mínimas y las máximas. El mes de mayo, sin ir más lejos, ha batido récords.

Ecologistas en Acción considera que se está haciendo un uso inadecuado de la tierra. Se vienen arrastrando desde hace años actuaciones que resultan perjudiciales, como las repoblaciones de eucaliptos: árboles que, al absorber muchos más nutrientes que la mayoría de las especies autóctonas, hacen que el suelo sea cada vez más árido.

Carlos Garrón

Garrón advierte de un excesivo uso intensivo de la tierra, que está continuamente expuesta a las inclemencias meteorológicas. La alternancia entre intensas precipitaciones y prolongados períodos de sequía ejercen un efecto pernicioso.

La desertificación sigue avanzando, y buena parte de la culpa de ello en la región la tienen los cultivos intensivos de olivar y viñedo. Hemos pasado de una agricultura sostenible a un modelo del sector primario marcado por la demanda de los mercados y que no vela por la calidad de nuestros suelos.

Las renovables pueden ayudar

El grupo conservacionista pone el foco en las energías renovables, a las que apunta como una solución clave para poner freno al problema, aunque representen una respuesta a largo plazo.

Alerta Carlos Garrón de que actualmente no nos adaptamos a los ciclos naturales, y apunta a la conveniencia de que volvamos a ese escenario de adaptación.

Lamenta, por último, la resistencia a la implantación de cubiertas vegetales.