
Llevan casi 12 meses girando por diferentes salas y teatros de España con la historia de las mujeres de la guerra de Troya. Las de los dos bandos. Muere Ifigenia del bando aqueo y muere Políxena, del bando troyano. Y sufren las madres de ambos lados.
Los monólogos de ellas suenan casi más fuertes que hace un año. Quizá porque ahora es imposible no pensar en Gaza y sus mujeres y niñas. O en las cacerías supremacistas que persiguen al extranjero.
El texto de Silvia Zarco, acompasado con la música de Isabel Romero, envuelve en poética lo que en los informativos hoy suena a bombas y palizas. La versión tiene algunos cambios incorporados por dirección, pero Eva Romero quiere decir esencialmente lo mismo que hace un año: el basta ya a un error que se repite desde que existimos.
Con ese mensaje irán a Roma la semana que viene. En la maleta, el aplauso del público que les vio nacer. El público de Mérida, el público de casa.