26 Julio 2023, 13:43
Actualizado 26 Julio 2023, 13:51

El Consejo de Gobierno ha aprobado el decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural la iglesia parroquial de San Pedro ubicada en la localidad cacereña de Gata, con categoría de Monumento.

Se trata de un edificio singular, informa la Junta, con "valores históricos y artísticos incuestionables dentro de la arquitectura religiosa de la comarca de Sierra de Gata y de Extremadura".

En su construcción participaron destacadas personalidades del Renacimiento extremeño, como el maestro Juan Bravo de Brozas, el imaginero Pedro de Paz o el pintor Pedro de Córdoba. Su valor "también radica en la propia imagen del edificio, que domina la trama urbana del Conjunto Histórico de Gata, ofreciendo una típica estampa serrana de indudable valor paisajístico".

La iglesia parroquial de Gata "se muestra al exterior como un edificio de extraordinaria solidez y formas rotundas, fabricado enteramente con excelente sillería granítica. La torre parroquial se encuentra a los pies del monumento, en el ángulo suroeste, sobresaliendo ligeramente de la fachada".

En cuanto al interior de la iglesia, se distribuye en una nave única pero muy ancha que se estructura en dos tramos, separados por un arco fajón de escaso apuntamiento. La capilla mayor tiene planta casi cuadrada, es ligeramente más baja y más estrecha que el cuerpo de la nave. Se cubre con sencilla bóveda de crucería decorada con temas vegetales, estrellas o con un ingenuo relieve de San Pedro.

En el lado de la Epístola abre su puerta adintelada la sacristía, que exhibe una cruz de la Orden de Alcántara. A los pies del templo se encuentra la tribuna del coro y en el tramo de los pies, sobre el lienzo de la Epístola, se encuentra la capilla de la Soledad.

Entre los bienes muebles asociados a la iglesia destacan el Retablo Mayor, pieza magnífica de arquitectura, escultura y pintura fruto de la corriente originada por la realización del retablo de Santa María de Cáceres. A los lados del Retablo se encuentran dos tallas barrocas de madera policromada, ejecutadas a finales del siglo XVII, que representan a Santa Teresa de Jesús y a San Pedro de Alcántara.

Además destacan los retablos de la Virgen de Rosario y el de La Antigua, y se conserva una importante colección de platería así como una notable colección de ropas litúrgicas.