11 Abril 2022, 21:15
Actualizado 11 Abril 2022, 21:46

Lunes Santo pendientes del cielo en buena parte de la región. En la Parroquia de la Concepción de Badajoz, donde la Hermandad de los Comerciantes debía salir a las 21:00 h, la decisión final ha tenido que retrasarse.

La Junta Directiva quería agotar "hasta el último minuto" las posibilidades de volver a salir por las calles de la capital pacense tras tres años de larguísima espera. Confiaban en que a las 21.30 habría claros que permitirían sacar las imágenes con un recorrido más corto del previsto inicialmente, y finalmente esa ha sido la decisión: salir y confiar en que la lluvia no aparezca. La Hermandad estrena este año las tallas restauradas de la Virgen de los Dolores y Jesús de la Humildad.

El Cristo de la Humildad ha podido procesionar finalmente por las calles de Badajoz
El Cristo de la Humildad ha podido procesionar finalmente por las calles de Badajoz | José Antonio López

Situación parecida en Mérida y Cáceres, las dos Fiestas de Interés Turístico Internacional. En Cáceres, el agua ha obligado a retrasar la hora de salida del paso de la Cofradía de la Salud con el Cristo y la Virgen de la Estrella. Estaba prevista para las ocho se la tarde y una hora después, aún no se sabe si será posible que procesione porque el agua no da tregua.

Precisamente a las nueve de la noche también estaba prevista el paso del Cristo de las Batallas, que sale de la concatedral de Santa María. Aunque confiaban en que al final y con retraso, fuese posible que ambas imágenes recorran las calles cacereñas dos años después, finalmente no ha sido posible. La Junta Directiva ha decidido no sacar al Cristo en procesión por el riesgo cierto de lluvia.

En Mérida también se ha estado muy pendiente del cielo porque la lluvia ya ha retrasado el desarrollo normal de esta procesión de la Cofradía Infantil que tenía que haber arrancado a las 20:30 horas con sus tres pasos: Jesús de Medinaceli, Santísimo Cristo de las Injurias y Nuestra Señora del Rosario.

Finalmente, a las 21:30 se tomaba la decisión: no salir a la calle y realizar actos penitenciales en el propio templo.