25 Julio 2023, 19:05
Actualizado 25 Julio 2023, 19:05

Aumentan las muertes por ahogamiento en España. Según la Federación de Salvamento y Socorrismo, en lo que llevamos de año han perdido la vida 169 personas. Tres de ellas en Extremadura.

Los datos de 2022 ya confirmaban este ascenso, con un 50 por ciento más de ahogamientos en nuestro país, 6 de ellos en nuestra región. Además, el pasado mes de junio se registró el segundo peor datos de fallecidos en los últimos diez años, con 57 casos en nuestro país.

Hoy, en el Día Mundial de la Prevención contra los ahogamientos, esta situación preocupa a los equipos de emergencias. Para Víctor Gallego, jefe de operaciones de estas unidades en Cruz Roja Extremadura, la mayoría de los accidentes "se deben al exceso de confianza".

El 25 de julio se celebra el Día Mundial de la Prevención contra los ahogamientos

"Las víctimas suelen ser bañistas habituales de esas zonas, pero muchas de ellas no están habilitadas ni son adecuadas para meterse en el agua". Y continúa Gallego: "el ahogamiento es la segunda causa externa de accidente donde fallecen más personas".

En nuestra región, recientemente hemos tenido dos episodios graves de ahogamiento en sendas piscinas de Badajoz, con dos niños de 4 y 5 años afectados. Por suerte finalmente se quedaron en un susto, pero ambas víctimas tuvieron que ser ingresadas en el hospital Materno Infantil de la capital pacense.

Consejos preventivos

El jefe de emergencias de Cruz Roja en la región lo tiene claro. La primera recomendación es "bañarse sólo en las zonas que están habilitadas para el baño, y dentro de las que lo están, las que tengan vigilancia".

También debemos ser conscientes de nuestras fuerzas y circunstancias, por ejemplo si hemos bebido alcohol o si acabamos de comer. "Si además no sabemos nadar, no podemos adentrarnos en una zona en la que no hagamos pie", señala el responsable de Cruz Roja, que añade que siempre vienen bien elementos que nos ofrezcan flotabilidad como manguitos, flotadores o chalecos.

Aunque advierte: "cada chaleco tiene una talla y es apropiado para una determinada edad, no vale el típico chaleco que pasa de padre a hijo".

En caso de estar con menores hay que aplicar la regla del 10/20, es decir, "vigilar a los niños cada 10 segundos y que el espacio acuático sea accesible en menos de 20 segundos", especifica Víctor Gallego.

Cuidado con niños y mayores

Un estrategia que aplican a rajatabla en la piscina privada de la Sociedad Hípica Lebrera de Badajoz. Allí trabaja como socorrista desde hace 13 años Fernando Aguilar. "Aquí estamos tres socorristas y una enfermera, e incidimos en la atención y dedicación a los pequeños, que son quizás los que más vulnerabilidad tienen".

No es casualidad, porque el último informe de la Sociedad Española de Salvamento y Socorrismo recoge que el 10 por ciento de las muertes por ahogamiento se registran entre los menores de 10 años. En concreto, en 2022 se contabilizaron 37 fallecidos.

Uno de cada tres ahogados en 2022 era mayor de 65 años

Peores son las estadísticas en el tramo de edad de mayores de 65 años. 113 perdieron la vida en España el año pasado, un 30 por ciento de las muertes totales.

Qué hacer ante un ahogamiento

A pesar de que sea complicado, el jefe de operaciones de emergencia de Cruz Roja Extremadura indica que "es fundamental mantener la calma y protegernos". Sólo debemos entrar en el agua "en el supuesto de que la zona sea accesible. Si no es accesible, tendríamos que llamar al socorrista (si lo hay) o a los servicios de emergencia del 112", apunta.

Siempre que sea seguro podremos intentar sacar del agua a la persona en apuros y "posteriormente si no ha llegado personal sanitario todavía, iniciar las maniobras de reanimación RCP", subraya. Estas maniobras consisten en la respiración boca a boca y las compresiones en el tórax.

Mantener la calma y avisar a un socorrista o al 112, lo primero en una zona no segura

Con ellas se trata de sustituir el latido del corazón que se ha parado, y conservar la ventilación espontánea de aire en los pulmones. Así se logra mantener la sangre oxigenada y en circulación hasta que vuelvan la respiración y los latidos, o hasta que llegue la ayuda sanitaria.