3 Diciembre 2020, 15:53
Actualizado 3 Diciembre 2020, 15:54

Héctor, Laura, Sara... tienen prótesis con superpoderes que les hacen su día a día más fácil. Autofabricantes, un proyecto colectivo que coordina el extremeño Francisco Díaz, ha elaborado prótesis en 3D adaptadas a cada niño, diferentes a las habituales, coloridas y con múltiples gadgets intercambiables con las que pueden leer un libro, saltar a la comba o jugar al baloncesto. Una innovadora iniciativa en la que, además, los menores forman parte del proceso de creación e investigación

"Cuando incluyes al niño en el centro del proceso de diseño y ellos tienen la capacidad de decidir lo que quieren y lo que necesitan, surgen prótesis muy diferentes, adaptadas y que les solucionan aspectos muy concretos", explica Díaz. El contacto con las familias y los niños y las niñas les ha permitido crear prótesis especiales. Detrás de ellas trabaja un equipo de 15 voluntarios de terapeutas, fisioterapeutas, ingenieros y diseñadores en 3D y entre todos dan forma a la idea inicial de los más pequeños. Lo novedoso, también de este proyecto, es que son gratuitas y todas las plantillas están colgadas en sus redes sociales (www.autofabricantes.org) para que puedan ser usadas por cualquier persona que lo necesite.

"Los niños tienen la capacidad de decidir lo que quieren y lo que necesitan y así surgen prótesis diferentes y adaptadas"

Los usuarios que han usado estas prótesis aseguran que han ganado un 95 por ciento de autonomía y ha crecido su autoestima. Díaz, de Segura de León (Badajoz), cuenta emocionado cómo Laura, una de las jóvenes con problemas en una mano, llegó un día a clase muy contenta porque "tenía una mano nueva, con la que podía saltar a la comba y era el centro de atención de su colegio". "Esta es la parte más bonita -continúa- y esto nos carga de energía a todos".

Todos están implicados en este proyecto colectivo, pero reclaman financiación para seguir creciendo. "Necesitamos financiación y donaciones para que siga funcionando y dar la posibilidad a las familias que puedan costearlo que lo hagan. Siempre será un coste muy inferior a las prótesis u otros productos de mercado", matiza.

El proyecto que coordina Francisco Díaz surgió a raíz de conocer a una familia en Sevilla que tuvo a una niña que nació sin un brazo y sintieron la necesidad de hacer algo distinto y facilitar el día a día de la pequeña.