El verano es ideal para buscar experiencias, emprender nuevos caminos... y perderse en ellos. Y no hay que salir de la región: en Mérida acaba de estrenarse el laberinto victoriano más grande de España
Una aventura que solo necesita tres ingredientes: ganas, paciencia y algo de orientación. Porque parece fácil: primero a la izquierda, después giro a la derecha... pero poco a poco, la cosa empieza a complicarse.
La idea surgió de la manera más simple, según explica Alberto Hernández, el creador de este laberinto:
"Lo vi en un programa de televisión, decidí viajar al sitio en Santander, y dije: esto lo tengo que hacer yo en mi tierra"
Y a partir de ahí, manos a la obra durante cinco años: diseño del laberinto, plantación de los muros vegetales, y "a día de hoy las plantas ya tienen el porte necesario para venir a visitarlo".
El resultado, una alternativa de ocio nueva y diferente:
"Es una experiencia súperguay, muy divertida para ir con amigos"
Y al final, como en la vida, siempre hay salida.