25 Octubre 2025, 17:05
Actualizado 25 Octubre 2025, 17:05

El Valle del Jerte ha dado la bienvenida al otoño con la tercera edición de Otoño con aroma a vino, una jornada que, pese a la lluvia, ha mantenido vivo el espíritu festivo con catas, música y el inconfundible aroma a pitarra que impregna sus calles.

La celebración, enmarcada en la Otoñada del Valle del Jerte, pone en valor una tradición profundamente arraigada en la comarca: la elaboración del vino de pitarra. Vecinos como Pepi recuerdan con nostalgia los días en que pisar la uva era todo un acontecimiento familiar. Y aunque han pasado muchos años, en el fondo nada ha cambiado.

Benigno Martín, uno de los pitarreros participantes, ha mostrado en una bodega centenaria cómo se elabora este vino artesanal, siguiendo los métodos de siempre. “Casi todas las casas tenían su propia bodega”, recuerda.

Este año, el concurso de vinos ha contado con 42 caldos, reflejo de una tradición que sigue viva y que se transmite de generación en generación. La alcaldesa de Jerte, María Felisa Cepeda, ha destacado la importancia social y económica de esta tradición, que cada mes de octubre se convierte en protagonista de la vida local.

Aunque los más jóvenes aún no pueden catar el fruto de su trabajo, sí están aprendiendo los secretos de una práctica que forma parte del alma del valle. Otoño con aroma a vino es, más que una fiesta, una forma de mantener viva la identidad rural y celebrar el vínculo entre tierra, tradición y comunidad.