13 Septiembre 2022, 19:03
Actualizado 13 Septiembre 2022, 21:25

Una vez apagados los incendios forestales, el peligro no termina. Las lluvias arrastran toda la maleza quemada y la ceniza, que acaba en los ríos, arroyos y acuíferos matando toda la vegetación y la vida animal que hay en ellos. Además, puede afectar al abastecimiento de agua para consumo humano si la suciedad entra en los depósitos de agua.

Este martes está lloviendo de forma generosa en el norte de Extremadura, y en Las Hurdes ya se empieza a ver cómo algunos ríos se tiñen de negro. Es el caso del río Ladrillar. Un equipo de Canal Extremadura ha comprobado el estado del cauce a su paso por la piscina de Riomalo de Arriba. 

Piscina de Riomalo de Arriba con chapapote

El alcalde de ladrillar ha tomado la decisión de cortar el caudal de agua del manantial que llena los depósitos de abastecimiento. Hay agua potable acumulada en ellos para dar de beber a sus 90 vecinos y sus dos alquerías durante un par de días. Después, la Diputación de Cáceres llenará los depósitos con agua que llevará en camiones cisterna, ha declarado Santiago Domínguez a Canal Extremadura. 

Trabajos de restauración

Esta situación se produce doce días después de que comenzaran los trabajos de restauración forestal de la zona afectada por el incendio de Las Hurdes. La Junta aprobó estos trabajos de manera urgente. Entre ellos, se lanzó paja desde helicópteros y se han construido diques de contención. También se trabaja en la tala y retirada de la madera quemada para evitar problemas fitosanitarios. 

Zona incendiada Hurdes

 

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Chapapote, ceniza en los ríos
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La Junta actuará primero en Hurdes y Casa de Miravete para limpiar la superficie quemada