La población de lince ibérico en España y Portugal alcanzó durante 2024 un nuevo registro máximo desde que se tienen datos precisos de seguimiento, llegando a los 2.401 individuos censados.
Esta cifra supone un incremento del 19% entre 2023 y 2024 y "evidencia una tendencia demográfica positiva y continuada en los últimos 20 años de seguimiento y actuaciones conducentes a reducir su riesgo de extinción", según indica el Ministerio para la Transición Ecológica.
El total de linces ibéricos censados durante 2024 fue de 2.401 repartidos entre España, con 2.047 individuos totales (85,3%), y Portugal, con 354 individuos (14,7%).
Las comunidades autónomas que albergan poblaciones estables de la especie son cuatro. Castilla-La Mancha acogió 942 ejemplares, lo que supone el 46,0% de la población española, mientras que en Andalucía se registraron 836 linces (40,8%). En Extremadura se censaron 254 ejemplares y en la Región de Murcia, 15.
Del total censado, 1.557 linces fueron adultos o subadultos que presentaron una distribución de sexos muy equilibrada. El número de hembras reproductoras o territoriales en 2024 ascendió a 470 más que en 2023. Esta cifra se acerca paulatinamente a las 750 hembras reproductoras que se considera como uno de los objetivos demográficos para considerar que el lince se encuentra en un estado de conservación favorable.
El número de cachorros nacidos en 2024 se incrementó hasta los 844, con una tasa de fecundidad de 1,8 calculada como el número de cachorros nacidos entre el número de hembras territoriales.
La población de lince continúa expandiéndose, tanto numérica como territorialmente. Ya son 17 las áreas geográficas distintas donde la especie se reproduce. "La tendencia de la población es positiva y continua desde 2015, lo que permite afianzar la reducción del riesgo de extinción del lince ibérico", señala el Ministerio.
En un período de 23 años, la población ha pasado de menos de 100 ejemplares contabilizados en 2002 a más de 2.400 en 2024. Y en los últimos años el incremento es aún más destacable, puesto que en 2020 la población total era de 1.111 linces y cuatro años más tarde se han añadido casi 1.300 individuos más a la población ibérica, a una tasa de crecimiento anual del 29% en promedio.
Pero todavía son varios los retos a los que hacer frente, porque "las tasas de mortalidad no natural aún son relevantes" y en 2024 se detectaron 214 muertes de lince, de las que 162 (75%) fueron por atropello en infraestructuras viarias.
Los trabajos de cría en cautividad y la reintroducción de lince ibérico "están resultando esenciales en los últimos 15 años". La cría en cautividad "supone un esfuerzo económico muy importante para las administraciones que vienen sufragando este coste con medios propios, que son el ICNF de Portugal en el centro de cría de Silves, la Junta de Andalucía en el centro de La Olivilla (Jaén) y el Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN) del MITECO en los centros de Zarza de Granadilla (Cáceres) y El Acebuche (Huelva)", concluye el Ministerio.