10 Noviembre 2025, 18:02
Actualizado 10 Noviembre 2025, 18:02

Comprar una vivienda en Mérida es más fácil que en la mayoría de ciudades españolas. Así lo revela un estudio publicado por la plataforma financiera Raisin, que analiza el esfuerzo económico necesario para adquirir una casa en distintas localidades del país. Según el informe, en Mérida se necesitan solo 6 años y 6 meses de ahorro para reunir la entrada y los gastos iniciales de compraventa, lo que la convierte en una de las ciudades más accesibles para los compradores.

El análisis tiene en cuenta factores como la renta media, el precio por metro cuadrado, los gastos anuales y los costes adicionales de compraventa. Frente a otras ciudades donde el esfuerzo supera los 20 o incluso 30 años, Mérida destaca por su equilibrio entre calidad de vida y precios asequibles.

Además de su atractivo económico, la capital extremeña ofrece ventajas como una buena conexión por carretera y tren, servicios completos, y un entorno histórico único como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Todo ello la convierte en una opción ideal tanto para familias como para jóvenes que buscan su primera vivienda.

El estudio también señala que otras ciudades accesibles son Murcia, Tarragona, Logroño y Toledo, mientras que lugares como San Sebastián, Bilbao o Palma de Mallorca se sitúan entre los más difíciles para acceder a la propiedad.

El esfuerzo de comprar una vivienda

Los resultados son alarmantes: en 12 de las 26 ciudades analizadas, la cuota hipotecaria supera la capacidad real de gasto de una persona media, haciendo inviable asumir la compra de una vivienda sin comprometer su estabilidad financiera.

Pero incluso en ciudades donde ese margen es positivo, los datos no invitan al optimismo: en muchos casos apenas sobra dinero al mes. Vivir con menos de 100 euros después de pagar todos los gastos fijos no deja espacio para imprevistos, ahorro ni caprichos.

En resumen: en 15 de las 26 ciudades (más del 65 %) la situación económica es crítica para acceder a la vivienda, incluso si se logra ahorrar para la entrada. Comprar sigue siendo un sueño lejano para la mayoría.

El problema ya no es solo el precio de los pisos, sino el esfuerzo de ahorro previo, la carga hipotecaria posterior y la falta de margen financiero para el día a día una vez adquirida la vivienda.