En redes sociales se hacen llamar Las Palmeras de Jerez aunque las conocen como las Tanxugueiras extremeñas. Irene, Paula y Lucía tienen entre 16 y 18 años pero llevan desde los 3 viviendo y sintiendo el folclore extremeño. Forman parte del grupo La Encinilla que sembró el germen y ellas se encargan de que crezca y se expanda a toda su generación. Merece la pena escucharlas hablar y cantar

Ante el desabastecimiento, hay una opción muy saludable y además extremeña, optar por la fruta congelada. Además este proceso aporta esponjosidad perfecta tanto para su consumo habitual como para la elaboración de postres. Y en Jaraíz de la Vera hay una empresa que se dedica a ello y con mucho éxito. En 2021 recibió el premio a la internacionalización. Compran materias primas en prácticamente todos los países del mundo y posteriormente las comercializan tanto en España como en el extranjero. Están especializados en traer las mejores materias primas de primera calidad compradas en los mejores orígenes. 

La fruta congelada ofrece una altísima calidad porque está recogida en el punto óptimo de madurez para su consumo. Una opción perfecta para repostería, uso habitual y smoothies. Conservan todo su sabor y todas sus propiedades alimenticias.

Esta empresa se fundó en 1995. Actualmente cuenta con 20 trabajadores 

Arroyo de San Serván permite hacer un viaje en el tiempo a través de su patrimonio histórico. Esta localidad pacense es un ejemplo más de la gran belleza que esconden los pueblos de Extremadura.

Juan es la tercera generación de este negocio de artesanía con hierro… Hace todo tipo de encargos, pero es conocido por sus famosas veletas de viento, hechas a gusto del consumidor, y por los moldes hechos a mano que dan lugar al dulce típico de Riolobos, las rosetas.

Extremadura es una de las regiones con mayor interés para los aficionados a las aves. Tanto es así, que en Santa Marta de Magasca, el avistamiento de aves se ha convertido en un importante reclamo turístico.

Uno de los objetivos de la Escuela Familiar Agraria Guadaljucén es luchar contra la despoblación de las zonas rurales. Por ello, los alumnos que estudian en el centro tienen la oportunidad de realizar prácticas en empresas cercanas a sus pueblos de origen.