18 Junio 2021, 14:42
Actualizado 18 Junio 2021, 21:07

Se llama José Pulido Corbacho, es vecino de Corte de Peleas y jamás imaginó lo que le pasaría al comenzar este 2021.

Fue el 2 de enero, justo después de celebrar el Año Nuevo, cuando comenzó a sentirse mal. Tenía fiebre y tras varios días pudieron hacerle la prueba de COVID y detectar la infección. "A partir de ahí, empezó el calvario", recuerda con nitidez José. Se caía, no podía ni quitarse la ropa y tenía los dos pulmones afectados.

Los doctores informaron a su familia de que su situación era muy complicada. Afortunadamente, tras un tratamiento con plasma y medicamentos mejoró y en pocos días recuperó su buen estado de salud y posteriormente fue dado de alta.

Tras el alta, más sustos

Sin embargo, a José le esperaban más sorpresas. En una entrevista en 'El Sol Sale por el Oeste' de Canal Extremadura Radio, José ha recordado que la mutua tenía que pagarle una pequeña cantidad por su periodo de baja como autónomo agrícola, pero el dinero no llegaba. Cuando le pidió a su gestoría que le reclamase ese dinero, llegó el primer susto: "José, no sé como decírselo: es que reza usted como fallecido", le espetaron.

"José, no sé como decírselo: es que reza como fallecido"

Una respuesta que le dejó atónito, pero que comenzó a asimilar cuando se la repitieron en más ocasiones: y es que al poco tiempo de aquello, José acudió a realizarse un TAC. Allí, los enfermeros le aseguraron "que tenía todo dado de baja". Días después, al acudir al médico de cabecera de su pueblo, la enfermera le volvió a confirmar que no podían atenderle porque en los datos del SES aparecía como fallecido.

Afortunadamente, le facilitaron la documentación para poder solucionar el error en el hospital y finalmente consiguió solventar el incómodo equívoco. Con bueno humor, José se lamenta de que "cuando estuve muerto no pagaba el sello de autónomo, pero cuando arreglé los papeles ya han vuelto a cobrármelo".

¿Cómo pudo ocurrir?

Al margen de las bromas, José ha intentado investigar por qué ha sido protagonista de un error tan desagradable. E intuye que todo se debió a que le confundieron con su compañero de habitación mientras estuvo ingresado, que sí falleció. Cuando a ambos le iban a dar el alta por haber superado el covid, José le cedió su ambulancia para que pudiera ver a su familia. Pero antes de coger esa ambulancia, empeoró repentinamente y murió.

En ese cambio de ambulancia, o en el número de la cama en el que estaban ambos, pudo producirse la confusión administrativa que confundió a los pacientes. "Lo pasé muy mal en el hospital, fue muy desagradable, y recordar el final de mi compañero es difícil", recuerda José.

A pesar de todo, ha encajado su situación con serenidad y buen carácter: "Las enfermeras me decían que pensaban que esto de ver a un muerto eran cosa de la tele", comenta jocoso.

Y agradece a todo el personal administrativo que le ha ayudado su trabajo para solventar el equívoco. A ellos y a todos los profesionales sanitarios, especialmente a los del Hospital Universitario de Badajoz, que le atendieron cuando peor estaba: "Nadie sabe el valor que tiene su cariño, sus palabras amables y sus manos para que te pudieras agarrar cuando tenías tus momentos más bajos", asegura. 

Y es que José aún los necesita; la infección por covid pasó, pero varias secuelas permanecen aún en su cuerpo. Las secuelas, y la extraña confusión que recordará toda su vida y que contará, asegura, a sus nietos.