Desde el lunes, el albergue municipal de Mérida acoge a dos centenares de migrantes trasladados desde las Islas Canarias y que habían llegado allí de forma irregular.
En el centro habilitado por el Ministerio de Migraciones, Cruz Roja se encarga de cubrir las necesidades básicas de los alojadas y les proporciona apoyo sanitario, psicológico, social y legal.
Para ayudarlos también han surgido iniciativas particulares en la ciudad como la del Restaurante La Laguna, en el polígono industrial El Prado, muy cerca del albergue.
Desde hace unos días un grupo de migrantes de en torno a 19 años que vienen de Gambia frecuentan este establecimiento regentado por Ana y Wilson y que ya han establecido un vínculo con ellos.
Al comprobar sus necesidades realizaron una colecta de ropa, ya que los jóvenes no tenían suficientes prendas de abrigo, y se la entregaron.
"Nacemos en sitios diferentes pero somos seres humanos igual"
Es una iniciativa que Wilson, natural de Colombia y que ha vivido la migración también personalmente, ve como un gesto para solidarizarse con ellos porque cree que "lo único que nos hace diferente es que producimos más melamina y nacemos en sitios diferentes pero somos seres humanos igual, y ya que luchamos por igualdad podemos poner un ejemplo y empezar por esto".
Este grupo de Gambia dejó su país por la extrema pobreza que existe allí, que les impide desarrollar un proyecto de vida.
"Se merecen que mínimo una oportunidad se les dé"
Según les han contado a Ana "han estado siete días y siete noches en una patera sin su familia saber nada de ellos, y todo para buscarse la vida, yo creo que la situación allí no tiene que ser fácil para llegar a tomar esa decisión y se merecen que mínimo una oportunidad se les dé".
La asociación Mujeres Sembrando también está colaborando entregándoles ropa que llevan al restaurante para que Ana y Wilson entreguen a los migrantes.
