Malpartida de Cáceres (Cáceres)
26 Julio 2020, 13:12
Actualizado 26 Julio 2020, 13:12

Florentina, Ana o María Cruz... son algunos de los nombres de las 28 malpartideñas y malpartideños que murieron durante el estado de alarma. No tuvieron un entierro digno. Las restricciones durante el confinamiento impidieron que sus familiares, amigos o vecinos se pudieran despedir correctamente de ellos. 

 

Marisa perdió a su madre

Marisa perdió a su madre

Marisa reside en Alcalá de Henares, Madrid, perdió a su madre el 17 de marzo. Murió con COVID-19 en día y medio. Asegura que por fin, su madre ha recibido la despedida que se merecía. "Es lo que ella se merecía para yo poder despedirme de ella y no solo yo, sino mis hijas, mi familia, los que no pudieron estar conmigo justo dentro de un cementerio en el que estábamos cuatro personas." 

 

Dolores perdió a su abuela 

Dolores perdió a su abuela

Tampoco pudo despedirse de su abuela, Dolores. Estuvo en aislamiento domiciliario, pero su estado poco después se agravó. Falleció el 26 de marzo. También tuvo momentos difíciles. Sintió "incertidumbre, dolor ya que un buen día nos dijeron que iba al san Pedro y que le iban a hacer la prueba porque había tenido fiebre. Dio positivo y nunca más la volvimos a ver."   

Una sensación de dolor, angustia y pena que aún no han logrado superar como ellas el resto de afectados. Para intentar consolarles, el ayuntamiento de Malpartida de Cáceres les ha rendido un merecido homenaje, tal y como ha explicado el alcalde del municipio Alfredo Aguilera. "Merecido porque las circunstancias han sido crueles. Crueles con estas personas que no han podido despedirse de sus familias y sobre todo porque es una generación sobre la que se ha cebado el coronavirus."

 

Acto sobrio y serio

Entrega de rosas blancas a los familiares de los fallecidos.

A todos ellos y ellas han dedicado este acto sobrio y serio que arrancó con un minuto de silencio y al que le siguió una interpretación musical con viola o el canto de un soprano.

El homenaje finalizó con la entrega de una rosa blanca a cada una de las familias. Quizás es un pequeño detalle, pero sin duda, servirá para recompensar y recomponer el alma y corazón de las 28 familias que un mal día perdieron a su ser querido y al que no pudieron despedir.