11 Junio 2022, 11:43
Actualizado 11 Junio 2022, 11:43

El Juzgado de lo Penal número 1 de Badajoz juzgará a la ex empleada de una clínica de la capital pacense y a su padre después de que amenazaran y hostigaran al responsable del negocio para que les pagase la liquidación que se debía abonar a la mujer tras finalizar su relación laboral en el establecimiento.

Por estos hechos, la acusación particular solicita tres años de prisión para el progenitor por los delitos de amenazas graves y de coacciones graves, así como dos meses multa a una cuota diaria de 10 euros por un delito leve de maltrato de obra, y para la mujer tres años de prisión por los dos primeros delitos.

La Fiscalía de Badajoz pide a su vez para la mujer y para su progenitor, respectivamente, una multa de 18 meses con una cuota diaria de 10 euros por el delito de coacciones graves, y a éste último también una multa de un mes con una cuota diaria de 10 euros por el delito leve de maltrato de obra.

Según explica el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Efe, “como quiera que la mujer no recibió el pago íntegro de la correspondiente liquidación” tras finalizar su relación laboral en la clínica, en lugar de “hacer valer sus derechos ante la jurisdicción competente” acudió junto a su padre al establecimiento con el propósito de que le fuera saldada la deuda.

El progenitor de la trabajadora hostigó a la víctima en varias ocasiones en la clínica con “gestos y frases intimidatorias e insultos”, lo que hizo durante tres días.

Como quiera que la mujer “solo recibiera parte de la cantidad debida, continuaron con su comportamiento ilícitamente coercitivo” y el 1 de abril de 2019 ambos mantuvieron una “agria discusión” con el perjudicado, al que también insultaron.

El padre de la antigua empleada llegó incluso a “asir por la bata” al dueño de la clínica y a propinarle un golpe en el hombro “del que no consta que le causara menoscabo físico”.

“Así mismo, ambos intentaron rebasar el mostrador de recepción para tratar de alcanzar la caja, donde conocía la mujer que guardaban la recaudación, sin lograr su ilícito propósito”, se expresa.

Finalmente, el 3 de abril, el procesado realizó “reiteradamente expresiones intimidatorias” al perjudicado a través de llamada telefónica en relación con el cobro del resto pendiente de pago, finalmente “de este modo abonado”.