“Cuidado, ovejas trabajando”. Así rezan los carteles que dan la bienvenida a la dehesa boyal de Arroyo de la Luz, donde se ha puesto en marcha uno de los ejemplos más visibles de los rebaños municipales propuestos este verano por la Junta de Extremadura.
En estas casi mil hectáreas, la labor de prevención y desbroce no la realizan máquinas, sino cerca de 600 ovejas de propiedad municipal. Muchas de ellas pertenecen a la raza merina negra, autóctona de la región y en peligro de desaparición.
El resultado es una dehesa más limpia y cuidada, sin necesidad de recurrir a maquinaria especializada y con un menor impacto ambiental. Además, el rebaño cuenta con un pastor que es funcionario del ayuntamiento, lo que permite fijar población en el municipio y recuperar oficios tradicionales ligados al campo.