La Protectora de Cáceres ha vivido momentos críticos tras el incendio que afectó a la zona de Aliseda. El fuego se quedó a escasos centímetros de la zona canina, y más de la mitad de la finca ardió. Afortunadamente, las placas solares que abastecen de energía a todo el refugio se salvaron por muy poco, evitando un daño aún mayor.
Hoy, la ayuda ha llegado en forma de solidaridad. Voluntarios de todas las edades se han sumado a una jornada especial para colaborar en la recuperación del espacio y el cuidado de los animales. La iniciativa ha servido para limpiar, reparar instalaciones y brindar atención a los animales que siguen en el refugio.
La situación sigue siendo delicada, pero el compromiso ciudadano ha dado un respiro a la Protectora, que necesita apoyo constante para seguir adelante. La amenaza del fuego ha dejado huella, pero también ha despertado una ola de colaboración que devuelve la esperanza.
