Los tornados son, posiblemente, uno de los fenómenos meteorológicos más violentos. Las rachas de viento que llevan asociadas son tan altas que no hay anemómetro que las aguante. Esto hace que sólo sean medibles a través de sus efectos sobre el terreno, las construcciones y los árboles, o bien gracias a las imágenes de satélite y de radar.
En 1971 el meteorólogo japonés Tetsuya Fujita elaboró una escala de cinco grados que cuantificaba la severidad de estos remolinos de viento a través de los destrozos que ocasionaba. El más bajo, el F0, es aquel capaz de romper ramas de árboles y llevarse por delante las tejas; el más fuerte, el F5, arrambla con todo lo que encuentra a su camino: árboles, casas, coches, postes telegráficos... todo. Las rachas de viento se sitúan entre los 420 y los 510km/h.
La mejora de la calidad de los materiales de construcción y un mejor diseño de los hogares ha reducido notablemente estos destrozos, así que en las últimas décadas haya disminuido el número de tornados F5 puesto que se evaluaba más en los cualitativo que en lo cuantitativo.
Aquí en Extremadura hemos tenido varios episodios: el más reciente en Tres Arroyos en enero de 2024. No nos olvidamos del de Sierra de Fuentes en 2009 y el de Quintana de la Serena en 2012. Aún no hay conclusiones del evento del pasado 5 de noviembre en La Zarza. Para hablar de ellos hablamos con nuestro delegado de AEMET en Extremadura, Marcelino Núñez. Esta entrevista se emitió el pasado viernes, 14 de noviembre de 2025 en “El Sol sale por el oeste”. Pincha en la imagen y escúchala.