Elena reparte cartas en su localidad desde hace 5 años, pero lleva treinta en esta profesión que ha ido evolucionando en el tiempo y que sigue siendo de vital importancia para todos los extremeños: Antes iban con sacas repartiendo paquetes y cartas y ahora utiliza el carrito así como la bicicleta. Nos cuenta cómo ha evolucionado este oficio, las buenas y malas noticias que ha entregado y cómo es capaz de conocer a la perfección cualquier calle y vecino de la localidad.

Tres lámparas mineras, la gran distinción del flamenco en España, no se ganan fácilmente ni todos los días. Pero aquí en nuestra tierra podemos decir con la boca bien abierta que en tenemos tres de ellas. Esther Merino, Celia Romero y Miguel de Tena. Tres estrellas que brillan con luz propia y que seguro llenan las butacas del Cine Teatro Rodríguez Ibarra de Quintana de la Serena en un actuación conjunta muy especial.

Javier es un apasionado de la naturaleza y su vocación llega a tales niveles que estudió Ciencias Ambientales y un Máster en Gestión Sostenible de Residuos. Su otra gran pasión es la educación ambiental y en 2016 creó el proyecto "Todos Somos Reciclaje" con el que divulga y enseña digitalmente acerca de la gestión sostenible de residuos y la economía circular ofreciendo a la sociedad conocimientos rigurosos y herramientas para poder ser más sostenibles en su día a día fácilmente. En 2022 ha sido premiado como mejor Educador Digital de España en concienciación ambiental (Premios EDE) y ha sido elegido como uno de los 10 mejores influencers en Responsabilidad Social. 

Visitamos una de las clases que se imparte en el Conservatorio Elemental de Danza El Brocense de Cáceres, se trata de una de danza clásica de chicas y chicos de entre 11 y 13 años. Se trata del último curso de estos alumnos que reconocen que, gracias a este lugar, han podido aprender todo aquello relacionado con un arte que se tiene que realizar a la perfección.

César es la tercera generación de su familia en ser apicultor, pero él ha modificado la forma en la que trata la miel. Él no utiliza colmenas de plástico, sino de madera, y los asentamientos están alejados de fuentes de contaminación. Se trata de un proceso ecológico adaptado al tratamiento del Siglo XXI.