La investigadora extremeña Guadalupe Sabio, jefa del Grupo de Interacciones Metabólicas del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha conseguido una de las ayudas más cuantiosas y competitivas que concede la Unión Europea para investigación. Se trata de una ERC Synergy Grant, dotada con 10 millones de euros, destinada a desentrañar el papel del tejido adiposo en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y distintos tipos de cáncer.
Sabio explica que la medicina ha evaluado tradicionalmente la obesidad midiendo "cuánta grasa" tiene una persona, pero no cómo funciona ese tejido. Su proyecto parte de una premisa clave: la grasa es un órgano endocrino que envía señales al resto del cuerpo, y cuando esas señales se alteran, pueden desencadenar patologías graves incluso en personas delgadas.
Un consorcio de cuatro países
Durante los próximos seis años, el consorcio estudiará cómo la grasa "enferma" interfiere en el metabolismo del corazón y por qué un porcentaje alto de personas con obesidad desarrolla fallo cardíaco no explicado únicamente por la arteriosclerosis. El objetivo es identificar biomarcadores que permitan estratificar el riesgo real de cada paciente y diseñar tratamientos dirigidos.
El proyecto reúne a grupos de investigación de España, Dinamarca, Reino Unido y Estados Unidos. El CNIO se encargará de caracterizar cómo se altera el tejido adiposo; el grupo de Dinamarca analizará las moléculas que la grasa libera a la sangre; el de Reino Unido trabajará en el desarrollo de nuevos fármacos; y el de Estados Unidos aportará la visión clínica para trasladar estos avances a los pacientes.
Sabio asegura que ya están "manos a la obra" tras un proceso de selección muy competitivo. La investigadora destaca que este trabajo permitirá mejorar la prevención, adaptar mejor los tratamientos en personas con obesidad y avanzar hacia una medicina más personalizada.