En Las Hurdes, la historia se escribe en piedra, agua y esfuerzo. Esta comarca cacereña aspira a convertirse en Paisaje Cultural de la Unesco, una distinción que pretende reconocer la singularidad de su paisaje y la fuerza de quienes lo habitan, capaces de transformar un entorno áspero en un símbolo de identidad y belleza. Decía Miguel de Unamuno que “si en todas partes del mundo los hombres son hijos de la tierra, en Las Hurdes la tierra es la hija de los hombres”. Una frase que hoy resume mejor que nunca el espíritu de una comarca forjada por el trabajo y la tenacidad de sus vecinos.
Las Hurdes
Desde el Grupo de Acción Local de Las Hurdes, su director gerente, Manuel Marcos, recuerda que esta candidatura busca poner en valor una relación única entre el ser humano y la naturaleza: “La forma en la que está armonizado el paisaje con la forma de vida… Nuestros mayores decidieron quedarse aquí y levantar una vida que ahora debemos poner en valor”.
Los vecinos lo tienen claro: Las Hurdes son un lugar que sorprende a cada paso. “Las Hurdes tienen muchas cosas bonitas… sus arroyos, sus paisajes, los meandros, las personas”, dicen orgullosos.

La distinción de la Unesco supondría un impulso para la comarca, tanto por su valor turístico y económico, como por el reconocimiento internacional de un territorio que ha sabido reinventarse. “Nos vendría muy bien para el turismo”, comentan los hurdanos, convencidos de que esta candidatura es también un homenaje a quienes decidieron quedarse y llenar de vida estos valles.
Desde Aldehuela, donde cada rincón guarda la memoria de sus gentes, Las Hurdes siguen recordando que aquí, la tierra no solo se habita: se cuida, se trabaja y se ama.